Inteligencia emocional: la clave del bienestar
La inteligencia emocional es un concepto que seguramente habrás oído muchas veces, pero no siempre se transmite de forma correcta, por lo que puede dar lugar a una concepción un tanto errónea del mismo. Es muy frecuente que este concepto se asocie con la idea de que gracias a la inteligencia emocional, alcanzaremos un estado permanente de felicidad, a través de controlar y/o reprimir aquellas emociones negativas que surgen en nosotros (nada más lejos de la realidad)
¿Qué es la inteligencia emocional?
Realmente, la inteligencia emocional consiste en tener la capacidad de sentir, entender y gestionar los estados emocionales de uno, mismo con la intención de aceptarlas y por lo tanto conseguir equilibrarlas. La clave de esta idea consiste en equilibrar y aceptar las emociones ya que, aquello que pretendo controlar y reprimir, normalmente se descontrola y/o desborda generando estados emocionales negativos muy intensos.
¿En qué consiste la inteligencia emocional?
Pero ¿En qué consiste exactamente? Bien, lo mejor es verlo con un ejemplo:
- Si he tenido un mal día, no lo puedo asociar a una situación en concreto y me siento mal, lo primero que habría que hacer es identificar qué emoción estoy sintiendo.
- A continuación sería importante analizar de dónde proviene dicha emoción. A veces sucede que vamos viviendo nuestro día a día y no nos damos cuenta de la cantidad de cosas (tanto positivas como negativas) que nos pueden estar afectando a lo largo del mismo.
- Si tenemos claro qué es aquello que nos ha hecho sentir mal, debemos respetar el ciclo natural de esa emoción (es decir si estoy enfadado, aceptar que lo estoy y esperar a que se me pase) ya que si la interrumpo, estaré propiciando una especie de proceso de acumulación que se puede volver un tanto “peligrosa”(cuantas veces no habremos “explotado” emocionalmente por situaciones que no tenían tanta importancia como consecuencia de haber acumulado conflictos emocionales anteriores)
- Una vez que esta emoción haya pasado, resulta conveniente no quedarnos “enganchados” en esa sensación de malestar, sino más bien buscar una solución a aquello que me ha producido dicha emoción para saber gestionarlo en futuras ocasiones.
¿Cómo puede ayudarme la inteligencia emocional?
En Clínica La Sena, psicólogos profesionales en Fuenlabrada, sabemos que gracias a la inteligencia emocional, se puede alcanzar un mayor equilibrio psicológico. Esto significa que se puede aprender a regular las emociones sin pasar de una a otra con una intensidad inadecuada (en el caso de la alegría puede resultar positivo experimentar una alegría intensa, pero si hablamos de la tristeza, la cosa cambia)
Por otro lado, saber regular las emociones proporciona una mejor capacidad de análisis frente a los problemas. Si no me dejo arrastrar por estados emocionales muy intensos, seguramente podré visualizar mejor las posibles soluciones a un problema, que si me dejo llevar en ese momento por aquello que estoy sintiendo de manera descontrolada.
Inteligencia emocional y relaciones personales
La inteligencia emocional también nos ayuda a mejorar las relaciones personales. Si soy capaz de identificar y entender con claridad las emociones en mí, me resultará más fácil entender las reacciones emocionales del otro. Gracias a ella, se facilita la comunicación entre personas ya que me ofrece la posibilidad de comunicarme de una manera más clara sobre lo que pienso y siento, sin dejar espacio a posibles malentendidos.
Es normal que nos resulte dificultoso de primeras hacer un análisis de estas características ya que como hemos comentado, la tendencia general que impera en nuestra sociedad es la de reprimir las emociones, fingir y empujarnos a ser felices o a mostrar una cara al mundo que no se corresponde con la realidad. Esta idea es totalmente perjudicial, el ser humano tiene emociones de todo tipo porque las necesita para su supervivencia y nadie en nuestros estados de desarrollo más tempranos como son la infancia o la adolescencia, nos ha enseñado qué son estas emociones y cómo manejarlas.
No por ello, tenemos que rendirnos y pensar que por ser adultos, no conseguiremos alcanzar este objetivo. La inteligencia emocional tiene una base común que ya hemos explicado, entender y aceptar las emociones, pero puede resultar muy particular alcanzar este conocimiento en cada uno de nosotros. Todas las personas estamos expuestas a interpretar la realidad bajo nuestros esquemas de pensamiento, a nuestra forma de ver la realidad como consecuencia del aprendizaje que hemos llevado a cabo a lo largo de nuestra vida.
Por ello, resulta muy útil la opinión objetiva de un experto que nos ayude de manera personalizada y sobre todo objetiva a desentrañar cuáles son esos esquemas y a dotarnos de herramientas que nos permitan crear nuestro propio sistema de Inteligencia emocional. Por ello, si estás interesado en crecer personalmente a nivel emocional, en Clínica La Serna te podremos ayudar.