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¿Qué es resiliencia?

RESILIENCIA: LA CAPACIDAD DE SUPERAR LA ADVERSIDAD

 

Es muy común pensar que no nos gustaría seguir pasando por situaciones desagradables y que llegará un día en el cual todo será idílicamente perfecto. Pero sentimos decirte que esto es un pensamiento un tanto irreal y utópico (ojalá fuese así). Con esto no queremos generar un sentimiento de desesperanza, lo que pretendemos decir es que existe un término medio. Esto significa que disfrutamos más de los aspectos positivos de la vida porque coexisten con momentos negativos.

Apreciamos más aquello que no tenemos

Solemos apreciar más aquello que en algún momento nos ha faltado que aquello que tenemos de manera constante…Un ejemplo muy cotidiano es cuando salimos de viaje al extranjero y estamos deseando volver para saborear la comida de nuestra tierra. Pues con la felicidad pasa lo mismo.

En Clínica La Serna hemos visto este tipo de cambios en personas que, tras haber realizado un proceso terapéutico debido a una situación personal muy desesperanzadora, ahora disfrutan con mucha más intensidad de las cosas cotidianas: un paseo, estar con los amigos, o como decimos, disfrutar más de su plato favorito.

Es decir la primera premisa para estar abiertos a la felicidad es aceptar que la realidad no es perfecta y que lo más adecuado es saber adaptarnos a ella.

Significado de Resiliencia

Hay un concepto en psicología que se conoce como resiliencia y es la capacidad de ser constante y de enfrentar situaciones, pero ¡ojo! de manera resolutiva. Esto no significa que soportemos situaciones que nos pongan en peligro tanto física como mentalmente, sino que para los problemas cotidianos, seamos capaces de ver la parte positiva de los mismos. Entrenar nuestra capacidad de observar la realidad desde diferentes perspectivas, hace que podamos adoptar la solución que corresponda sin rendirnos.

Cualidades de personas resilientes

Las cualidades de las personas denominadas resilientes son:

  • Conocen sus puntos fuertes y sus limitaciones. Las personas resilientes suelen conocerse muy bien a sí mismas. Reconocen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, potenciando los primeros y aceptando los últimos. Cuando se proponen una meta, encuentran el equilibrio entre lo que quieren y lo que pueden hacer sin frustrarse ya que, saben hasta dónde llegan sus capacidades y lo aceptan.
  • Son “buscadores de soluciones”. Suelen ver la realidad desde distintas perspectivas. Por ello, si se enfrentan a un problema, son capaces de ver (y llevar a cabo) diferentes soluciones para poder resolverlo.
  • Confían en sí mismos. Las personas con alta resiliencia no dudan de su ejecución a la hora de conseguir sus metas. Como ya hemos dicho, saben muy bien cuáles son sus capacidades y sus puntos débiles por lo que esto les confía seguridad. No tienen problema en pedir ayuda si es necesario, saben que el trabajo en equipo es importante.
  • Ven las dificultades como una oportunidad para aprender. Ante la adversidad, las personas resilientes ven crecimiento. Es muy importante destacar que estas personas ven los problemas como algo momentáneo y no como algo eterno. Este pensamiento les deja mejor preparados frente a las situaciones complicadas que se puedan presentar en un futuro.
  • Viven centrados en el presente. Como se suele decir el pasado ya pasó y el futuro no existe. Las personas resilientes, también piensan sobre ello pero viven la mayor parte del tiempo centradas en el aquí y el ahora.
  • Tienden a ser más objetivos. La resiliencia hace que estas personas vean la vida desde un punto de vista más objetivo. Esta visión promueve el optimismo ya que posibilita que observen la realidad con menos errores de interpretación.
  • Cultivan amistades de calidad (con una actitud positiva). No hay nada peor que echarle leña al fuego. En situaciones difíciles, las personas resilientes huyen de aquellas personas que se quejan constantemente de todo. Prefieren la compañía de personas resolutivas que les aporten estabilidad en los momentos más difíciles, como hacen ellos.
  • Son menos controladoras y respetan sus emociones. No intentan controlar las situaciones porque saben que es imposible controlar todo. Cuando una persona intenta controlar, lo que se consigue es descontrol. Las personas resilientes se centran más en las emociones que en la propia situación. Además, respetan estas emociones, las aceptan y las dejan fluir.
  • Se adaptan muy bien a los cambios. Al ser personas que buscan muchas soluciones a un problema, aceptan que igual hay que cambiar la hoja de ruta personal si quieren conseguir sus metas. No se cierran a los cambios.
  • Son perseverantes. A pesar de conocer sus limitaciones, no dejan de luchar a la primera de cambio. Las personas con resiliencia, no se dejan vencer fácilmente poniendo empeño e interés en lo que hacen.
  • Se enfrentan a los problemas con humor. Hacen bromas con la adversidad, las personas resilientes le quitan importancia a los problemas mediante la risa y el buen humor.
  • Se apoyan en los demás. Al ser conocedores de sus puntos débiles y creyentes del trabajo en equipo, las personas resilientes no dudan en pedir ayuda si lo necesitan. Tienen muy interiorizado el trabajo en equipo.

 

Ser una persona de estas características es algo que se puede cultivar. El proceso terapéutico en sí, fomenta esta actitud sobre la vida. Si quieres saber más sobre resiliencia, te invitamos a conocer a nuestro equipo de psicólogos de fuenlabrada en Clínica La Serna que estará encantado de ayudarte en tu crecimiento personal.

Mindfulness o cómo vivir en el presente

El pasado pasó y el futuro, no existe. Esta frase resume muy bien cómo no nos debemos preocupar por aquello que ya no podemos cambiar ni tampoco por aquello que no sabemos a ciencia cierta que va a pasar. Por lo tanto, ¿Por qué nos agobiamos tanto por aquellos errores del pasado? ¿Por qué nos aterramos por eventos futuros que no sabemos si van a producirse? La respuesta está en nuestra falta de disciplina para vivir el presente.

Como muchas habilidades que vamos adquiriendo en la vida, vivir en el presente se puede aprender y practicar hasta que llegue un momento en el cual, lo hagamos de manera natural, sin apenas esfuerzo. Esto se puede conseguir a través del aprendizaje y la práctica de Mindfulness. Pero ¿en qué consiste esta disciplina? ¿Qué beneficios puedo obtener de ella?

¿Qué es Mindfulness?

El Mindfulness forma parte de lo que se denomina en Psicología como Terapias de Tercera Generación. Tras años de investigación en el campo de la Psicología Clínica, se ha demostrado que el Mindfulness es una herramienta muy potente para tratar problemas como la depresión la ansiedad y especialmente, el trastorno obsesivo compulsivo, entre otros.

La palabra Mindfulness significa “atención o conciencia plena”  y en ella encontramos que esa atención o conciencia plena del presente, nos puede servir para centrarnos en el aquí y ahora, es decir, tener atención o conciencia plena a la experiencia de vivir nuestro día a día.

¿Cuántas veces nos ha sucedido que nos hemos pasado nuestra parada de metro o que cuando íbamos a hacer algo, se nos ha olvidado qué es lo que íbamos a hacer?

Estos lapsus suelen darse como resultado de vivir inmersos en una gran cantidad de pensamientos. En algunos casos como sucede en la depresión, en la ansiedad o en el  trastorno obsesivo compulsivo, estas preocupaciones suelen ser constantes, abrumadoras e incapacitantes, lo que provoca  que  llenemos nuestro cerebro de una gran cantidad de “ruido”. Este hecho impide que podamos pensar con claridad y en los casos más graves, que podamos continuar con nuestras vidas de una manera, plena, sana y saludable.

Si nos paramos a pensar un momento, podemos observar cómo nuestro cerebro se asimila al funcionamiento de un ordenador. Si lo llenamos de un exceso de archivos, iremos reduciendo la capacidad del mismo para que funcione con rapidez, por eso a través del Mindfulness vamos a conseguir gestionar todos esos archivos para que nuestro cerebro trabaje con el mejor rendimiento posible.

Siete fundamentos en la práctica de Mindfulness

¿Cómo lo puedo conseguir?
Como ya hemos dicho, mediante el conocimiento de sus pasos y con la repetición de los mismos. Su autor, Jon Kabat-Zinn, habla de siete fundamentos para aprender la práctica de Mindfulness, que se trabajan de manera independiente pero que, a su vez interaccionan unas con otras:

  1. Activar la mente de principiante: Consiste en observar la realidad como si fuese algo nuevo, como si fuésemos niños que observan el mundo por primera vez, sin ningún tipo de juicio.
  2. No juzgar: observar nuestro alrededor como algo libre de etiquetas que nos puede llevar a razonamientos erróneos, sin dar el tiempo suficiente a generar nuestros propios juicios.
  3. Aceptación: aceptar las dificultades sin intentar que sean de otra manera, sin confundirlo con resignación o con adoptar una actitud pasiva. Esto nos va a ayudar a ver los problemas con mayor claridad, para alcanzar las posibles soluciones a adoptar.
  4. Soltar o dejar ir: a veces el pasado nos supone un lastre muy pesado. Por lo que dejar que fluyan esos pensamientos o emociones nos libera de esa carga
  5. No esforzarse o afanarse: concentrarse en el presente no consiste en esforzarse en pensar, se trata más bien, en dejar que la mente experimente los pensamientos que vengan. Precisamente la base de esta técnica es no forzar a nuestro cerebro, simplemente dejar que fluya para que funcione mejor.
  6. Paciencia: tener paciencia hacia uno mismo en el proceso de aprendizaje y concedernos el tiempo necesario para aprender. Tan valioso es el resultado final como el propio proceso.
  7. Confianza: Confía en tí mismo, en tus sentimientos, y en tus recursos, en definitiva, escucha a tu propio ser. Confiar en nuestros criterios a pesar de cometer errores, porque la vida trata de eso, de aprender.

¿Cómo podemos poner en práctica la técnica de Mindfulness?

Ahora que conocemos en qué se basa esta técnica ¿Cómo puedo ponerla en práctica?

Para poder disfrutar de esta disciplina, se necesita conocer bien su funcionamiento y las herramientas básicas para ponerla en práctica. Desde Clínica La Serna, podemos ayudarte a adquirir los conocimientos y la práctica necesaria a través de nuestros talleres de Mindfulness. Lo bueno que tiene Mindfulness es que a medida que se va manejando, podremos utilizarla tanto en casa como en otros lugares cada vez que necesitemos parar 5 minutos para despejar nuestra mente.

Como ya hemos dicho, no sólo su práctica es útil para desprendernos de aquellos pensamientos negativos sino que también nos sirve para disfrutar con mayor intensidad de aquellos sucesos y emociones positivas, que podamos experimentar.

A través de la práctica de Mindfulness nos iremos dando cuenta cómo somos capaces de gestionar de una manera sencilla y eficaz nuestros pensamientos y las emociones. Entendiendo todos y cada uno de sus pasos comprobaremos como nuestra salud mental va mejorando, consiguiendo una mayor sensación de tranquilidad y una mejor capacidad de concentración para poder centrarnos en las cosas importantes de nuestro día a día.

 

En Clínica la Serna con más de 20 años de experiencia, se abordan este tipo de prácticas, ayudando al paciente a eliminar esos esquemas de pensamiento para sustituirlos por otros que nos permitan sentirnos más libres.

 

Habla Ahora con un Experto en Mindfulness

Síntomas y patologias Cornovarirus

Síntomas Coronavirus | ¿Cual son los síntomas y patologías por el Coronavirus?

 

¿Ansiedad por el Coronavirus?.

Según la OMS, diríamos que la ansiedad es una respuesta anticipatoria de un daño o desgracia futura acompañada de un sentimiento de malestar, síntomas somáticos de tensión y conductas de afrontamiento basadas en la evitación de aquello que se interpreta como catastrófico.

Definición de Ansiedad

También podríamos definirla como un estado emocional displacentero que se acompaña de cambios físicos y psíquicos, que puede presentarse como una reacción adaptativa, o como síntoma o síndrome que acompaña a diversos padecimientos médicos y psiquiátricos.

En esta situación vital por la que estamos pasando, es normal que en ciertos momentos sintamos preocupación por nuestros seres queridos y por la evolución de los acontecimientos.

Cuando nos exponemos a situaciones como salir a la calle para una cita médica, ir al trabajo,  bajar a hacer la compra, o todo lo contrario, estar recluidos en un espacio cerrado como nuestra vivienda, puede ser frecuente que experimentemos una sensación de malestar.

Nos sentimos alerta, estamos más pendientes de lo que hay a nuestro alrededor, centramos nuestros pensamientos en todo lo que no podemos hacer, en si la gente que encontramos va protegida o no, o en si se mantienen las distancias de seguridad…

Pensamos de una manera muy habitual en sí hemos estados en contacto con el coronavirus y en sí hemos podido contagiarnos. Esto implica que percibamos algunos síntomas físicos, como palpitaciones, sensación de ahogo, sequedad bucal, sudor de manos, falta de concentración o mareos. A priori, experimentar estas sensaciones entraría dentro de la normalidad, ya que estamos ante una situación peligrosa y  que tenemos que aprender a afrontar. Sin embargo, si estos síntomas se intensificasen durante la mayor parte del día, acompañándose además de pensamientos catastróficos sobre el futuro, sería positivo buscar ayuda psicológica para poder gestionar un estado de ansiedad que ya no está siendo adaptativa.

 

Es muy importante mantener unas estrategias específicas para poder controlar nuestro malestar, es por ello que desde Clínica de Psicología La Serna, trabajamos actualmente de manera online para poder ayudar a nuestros pacientes a sobrellevar esta difícil etapa y enseñarles a cuidarse a sí mismos y cuidar de los suyos.

 

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Duelo

Hablaríamos de un proceso de duelo como aquella etapa que atraviesa una persona ante la muerte de un ser querido o ante una pérdida importante. Este es un proceso propio de la vida humana, por el que todos pasamos en algún momento y que nos acompaña, en diversas situaciones, a lo largo del tiempo.

Sin embargo, podemos hablar de un “duelo patológico” cuando se intensifican a lo largo del tiempo y de una manera significativa los siguientes síntomas:

  • Preocupaciones intensas y añoranza persistente sobre el fallecido y las condiciones de su muerte.
  • Importante dificultad para afrontar la muerte.
  • Incredulidad o anestesia emocional en relación con la pérdida.
  • Sentimientos frecuentes de rabia o culpabilidad en relación con la desaparición del ser querido.
  • Evitación excesiva de recuerdos vinculados al fallecido.
  • Deseo de muerte para poder reencontrarse con la persona que se ha ido o sensaciones de pérdida y confusión acerca del sentido de la vida.
  • Percepción de un intenso sentimiento de soledad y desconexión del círculo social.
  • Dificultad o reticencia a mantener intereses o hacer planes de futuro desde la pérdida.

Hay que tener en cuenta, que ahora mismo muchas personas están afrontando la pérdida de sus familiares de una forma traumática, ya que no están pudiendo hacer el acompañamiento del enfermo ni despedirse de ellos en sus últimos momentos.

Desde la Clínica de Psicología La Serna, trabajamos con aquellas personas que sufren un proceso de duelo patológico y estamos preparados para poder ayudar y acompañar a todas las personas que lo necesiten que hayan perdido a un ser querido por coronavirus.

 

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Trastorno obsesivo

Esta patología se caracteriza por obsesiones (pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes) que se experimentan como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativo. Estas no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real y quienes las padecen intentan ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intentan neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos.

En ocasiones, las obsesiones van acompañadas a su vez de compulsiones (comportamientos o actos mentales) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente. El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos; sin embargo, estos comportamientos mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos.

Las obsesiones y compulsiones pueden representar una gran pérdida de tiempo para el paciente o interferir marcadamente con su rutina diaria, su vida social o en su ámbito laboral.

Las principales recomendaciones que tenemos ahora mismo para intentar evitar el contagio, versan en su mayoría en la higiene corporal, lavado de ropa y manos, evitación de contacto de superficies o personas… Estos procedimientos que en la actualidad pueden asegurar nuestra salud y la de los nuestros, pueden llegar a agudizar o crear obsesiones sobre la limpieza y la higiene a medio y largo plazo, suponiendo un malestar significativo o empeoramiento a aquellas personas que sufren de esta patología.

Si crees que necesitas apoyo para controlar esta sensación de malestar y sus consecuencias, nosotros podemos ayudarte. Nuestro gabinete, Clínica de psicología La Serna, sigue trabajando con consultas online para poder evaluar y abordar este tipo de casos.

 

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Trastorno por estrés postraumático

 

Esta patología se presenta generalmente en personas después de haber vivido o presenciado un acontecimiento impactante, terrorífico o peligroso.

Es natural sentir temor durante una situación traumática o después de ésta. Este temor puede llegar a provocar cambios físicos de una manera muy rápida para “prepararnos” y poder responder un peligro o evitarlo en el futuro. Esta respuesta de «lucha o huida» es una reacción típica que sirve para proteger a la persona de cualquier amenaza.

Casi todo el mundo tendrá una serie de reacciones después de una experiencia traumática. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperará de los síntomas de forma natural. Es posible que aquellos que continúen teniendo problemas, como estrés o sensaciones de miedo intenso incluso cuando ya no están en peligro, se les diagnostique con trastorno por estrés postraumático.

También cabe la posibilidad de que este trastorno afecte a personas que no han pasado por una situación peligrosa, pero si la han interpretado como tal (por ejemplo el fallecimiento inesperado de un ser querido, o una enfermedad).

Síntomas de trastorno por estrés postraumático | Coronavirus

El trastorno por estrés postraumático se caracteriza por la aparición de una serie de síntomas:

  • Revivir mentalmente el acontecimiento traumático una y otra vez. Puede darse acompañado incluso de síntomas físicos como palpitaciones o sudoración. Las palabras, los objetos o las situaciones que hacen recordar el episodio también pueden desencadenar síntomas de reviviscencia.
  • Pesadillas
  • Pensamientos aterradores.
  • Mecanismos para la evasión de situaciones o sensaciones temidas, manteniéndose por ende alejado de recuerdos, lugares, objetos o acontecimientos que traen recuerdos de la experiencia traumática.
  • Vulnerabilidad.
  • Tensión constante.
  • Insomnio
  • Ira, culpa o remordimiento.
  • Hipervigilancia.
  • Problemas para recordar detalles importantes de la experiencia traumática.
  • Pensamientos negativos sobre uno mismo o el mundo que le rodea, desesperanza.
  • Pérdida de interés en las actividades placenteras

Después de un acontecimiento peligroso, es natural tener algunos de los síntomas que se mencionaron anteriormente. Sin embargo, cuando estos persisten a lo largo del tiempo, pueden llegar a afectar gravemente la capacidad de una persona para seguir su vida con normalidad. Es frecuente que esta patología pueda venir acompañada de ansiedad y depresión.

Actualmente estamos viviendo una situación vital estresante, porque todas nuestras rutinas se han venido abajo. Nos exponemos además a importantes inseguridades, ya que no podemos elaborar planes a corto, medio o largo plazo, o simplemente no podemos cuidar y recibir el afecto de nuestros familiares y amigos. Hasta cierto punto, sería normal que experimentásemos síntomas como el insomnio, las pesadillas, la hipervigilancia, la falta de concentración o sentimientos intensos de ira o culpa.

Sin embargo, si estos persisten en el tiempo cuando esta situación haya acabado, y nos producen un malestar significativo en nuestra vida diaria, sería recomendable poder contactar con un especialista que nos ayudase a trabajar este problema.

A través de Clínica de Psicología La Serna, podemos ayudarte en este proceso, bien sea ahora mismo con nuestras consultas en modalidad online o en modalidad presencial en Fuenlabrada más adelante.

 

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Problemas de pareja

A lo largo de nuestra vida, podemos experimentar algunas fases en las que la relación de pareja se vea deteriorada o afectada, bien sea por problemas intrínsecos a la propia pareja (celos, infidelidad, problemas con la familia de origen, nacimiento o perdida de un hijo etc.) o por problemas que tengan los miembros de la pareja que afecten de una manera súbita a la relación en sí (pérdida de empleo, problemas psiquiátricos o psicológicos, conflicto personal…)

En esta situación de aislamiento, se han producido de manera generalizada dos situaciones en concreto: parejas que viven juntas con o sin  hijos y que van a compartir la mayoría de su tiempo en el mismo espacio o parejas que tendrán que estar separadas hasta que finalice este periodo de alarma.

Desde nuestro gabinete de psicología de La Serna, seguimos abordando estas casuísticas de manera online para ayudar a que la pareja tome las decisiones y lleve a cabo las pautas que más les favorezcan para tener una percepción de estado de bienestar, centrándonos sobre todo en analizar las necesidades de cada pareja, focalizando  en trabajar con ellos, de manera conjunta o individual, qué indicaciones llevar a cabo para afrontar terapéuticamente este momento y gestionar las consecuencias del aislamiento por la pandemia por COVID-19.

 

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Problemas de conducta en niños y adolescentes

Si hay un colectivo al que le afecta el tener que estar en casa de manera permanente, es a los más pequeños de la casa. Para ellos, la rutina es vital. Están acostumbrados a mantener los mismos hábitos a lo largo de la semana y a tener un espacio-tiempo de ocio fuera del hogar. Esto, les permite tener una sensación de seguridad y una pequeña capacidad de control, ya que gracias a la rutina son capaces de saber en qué día están (con sus actividades extraescolares o con los menús de casa y el comedor) e incluso planificar ciertos acontecimientos (por ejemplo, las actividades típicas del fin de semana o los horarios de estudio, deberes y juego).

Además, también debemos recordar que los niños más pequeños no tienen la capacidad de entender realmente qué es lo que está ocurriendo. Ellos no pueden racionalizar y entender como los adultos, lo necesario que es no salir a la calle o no ver a las personas que quieren. No pueden encontrar motivos o consecuencias positivas al sacrificio que supone este periodo de aislamiento.

Algo parecido puede ocurrirles también a los adolescentes, no solo por los motivos expuestos anteriormente, sino porque para ellos, el estar alejados de lo que les aporta sensaciones de libertad y autonomía, también es muy complicado. Para este colectivo también es difícil estar encerrados en casa compartiendo mucho tiempo con la familia, ya que sus principales refuerzos vienen dados por las relaciones sociales con sus iguales y no con los adultos.

 

Recomendaciones de expertos psicológicos

Si con anterioridad al estado de alarma por el coronavirus, ya teníamos un menor en casa que presentaba problemas de conducta (falta de límites, baja tolerancia a la frustración, problemas de autoestima, bajo rendimiento escolar, falta de control de la agresividad etc.) la convivencia en el hogar puede incluso verse deteriorada.

En nuestro gabinete de Psicología de La Serna, recomendamos aplicar estrategias que nos ayuden a mantener la rutina (seguir unos horarios parecidos de comida y sueño, utilizar una variedad de ropa similar a la que usábamos para trabajar o descansar cuando corresponda, dedicar tiempo a deporte o aficiones…) y todo ello trasladarlo también a los niños y adolescentes de la casa.

Si percibimos que están más irritables de lo normal o que les cuesta comprender el periodo que estamos viviendo, siempre podemos ayudarles a entender la situación a través de ejemplos vitales pasados o instándoles a colaborar de alguna manera con la situación si son  adolescentes, y en el caso de los niños, mediante de juegos, cuentos o metáforas, ya que ellos aprenden mucho mejor con herramientas simbólicas que racionales.

 

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Nuevas adicciones: El mal uso de las nuevas tecnologías

Gracias a Internet, estamos provistos de una fuente inagotable de información, entretenimiento y comunicación social. Si observamos a nuestro alrededor, podemos ver cómo todo el mundo hace uso de su teléfono móvil en cualquier lugar y a cualquier hora. Cualquier instante es bueno para mirar nuestras redes sociales, mail o las últimas noticias. Lo malo de ello es que pasemos gran parte de nuestro tiempo mirando nuestro teléfono o que nos sintamos ansiosos si por algún casual, se nos ha olvidado el teléfono en casa. En este caso, nos podemos encontrar con lo que se denomina adicción a las Nuevas Tecnologías (TIC). Como todos los problemas que se encuentran en clínica, es fundamental detectar cuáles son las señales de alarma y su gravedad.

 

¿Cuáles son los síntomas de una dependencia a las nuevas tecnologías?

 

Según Young (2008) los síntomas de dependencia a las Nuevas Tecnologías serían los siguientes:

  • Privarse de sueño (menos de 5 horas) para estar conectado a la red, a la que se dedica unos tiempos de conexión anormalmente altos.
  • Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
  • Recibir quejas en relación con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos.
  • Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
  • Intentar limitar el tiempo de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
  • Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o jugando a un videojuego.
  • Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el  rendimiento en los estudios.
  • Sentir una euforia y activación anómalas cuando se está delante del ordenador.

En resumen, en Clínica La Serna sabemos que el problema no solo reside en el número de horas que estamos conectados a Internet, sino también en el grado en el cual el uso de las Nuevas Tecnologías está influyendo en nuestra rutina diaria Si dejamos de relacionarnos con nuestro entorno por estar conectados, si no podemos acabar con nuestras tareas diarias o interfiere en áreas como el trabajo o incluso empieza a afectar a nuestro autocuidado (faltas de hora de sueño, por ejemplo) tendremos que tomar medidas para regular el uso de las TIC. Normalmente  Además de la interferencia diaria, otros síntomas que pueden aparecer son lo que se denominan síndrome de abstinencia y tolerancia. En el caso de las TIC, el síndrome de abstinencia se puede presentar como irritabilidad, depresión y ansiedad. En el caso de la tolerancia, podremos ver cómo cada vez necesitamos ir aumentando más y más el número de horas que “necesitamos” para reducir nuestra ansiedad de estar conectados.

 

¿Cómo tratar este tipo de adicción?

 

Como cualquier adicción, en primer lugar hay que ser consciente de que existe un problema. Una vez que sabemos que algo no va bien y que esta situación nos está generando malestar desde Psicólogos- Fuenlabrada, recomendamos acudir a un especialista que nos ayude a dar los pasos necesarios para poder regular la conducta. En un principio puede parecer que no hace falta acudir a un psicólogo porque creamos que “lo tenemos controlado” pero, en el caso de las adicciones, es necesario seguir una estrategia concreta pautada por un profesional, ya que esa sensación de control no suele ser real.

 

Por ello, en Clínica La Serna podemos asesorarte para solucionar este y otros problemas, de la mano de nuestros profesionales que cuentan con más de 25 años de experiencia.

 

Mindfulness ¿Cómo me puede ayudar?

¿Qué es Mindfulness?

Mindfulness es una técnica muy útil y muy completa como ya hemos comentado en otro post (sencillas prácticas de mindfulness que puede serte de gran ayuda ayuda ) . Pero ¿Sabemos realmente cómo nos puede beneficiar?

Definición de Mindfulness

Mindfulness por definición consiste en tener conciencia plena del estado presente, aceptando los pensamientos que vienen sin aferrarnos a ellos, sin juzgarlos.

La metáfora que mejor lo define es la que nos dice que los pensamientos son, como las olas del mar, que vienen y se van. La práctica de Mindfulness consiste precisamente en dejar que los pensamientos pasen por nuestra mente como una ola, para poder disfrutar plenamente del momento presente concentrándonos exclusivamente en él.

¿En que nos puede ayudar la práctica de Mindfulness?

En Clínica La Serna sabemos que alcanzar este nivel de concentración en el momento presente nos puede ayudar a:

  1. Manejar los niveles de estrés y ansiedad. La ansiedad se caracteriza porque nuestra mente anticipa eventos futuros que pueden suceder o no. Muchas veces nos vemos sumergidos en pensamientos de tipo catastróficos que nos impiden ver la realidad con objetividad y sobre todo, no nos permiten  disfrutar de los momentos positivos del presente. Esto propicia que entremos en un bucle de pensamientos negativos que suelen generar un estado de alerta y angustia constante que resulta agotadora.
  2. Nos permite gestionar mejor nuestros estados emocionales. En el caso de nuestros estados emocionales negativos, nos ayuda a no aferrarnos a ellos y a prestarles la cantidad de atención justa y necesaria. Los pensamientos van asociados a emociones y viceversa. Mindfulness nos ofrece más poder sobre la duración de nuestras emociones negativas, detectando los pensamientos que van asociados a ellas, haciendo que se conviertan en visitantes de paso por nuestra mente.
  3. Reducir los problemas de insomnio. En Psicólogos-Fuenlabrada, escuchamos con frecuencia en aquellos pacientes que tienen problemas de depresión y/o ansiedad, las grandes dificultades que encuentran para tener un sueño de calidad. Es lógico que a la hora de dormir, si nuestro foco de atención se centra en nuestros problemas, el cerebro se active por encontrarse en este estado de alerta. Nuestra mente está programada para ser una “solucionadora de problemas”, si antes de conciliar el sueño, nos centramos en ellos, le estamos diciendo al cerebro que trabaje cuando realmente lo que necesitamos es que desconecte. Haber aprendido a manejar el estrés y la ansiedad de día con el manejo de esta técnica, nos permite que traslademos dicho aprendizaje a la hora de dormir, haciendo que consigamos tener un sueño reparador para afrontar la rutina.
  4. Mejora la memoria de trabajo. La memoria de trabajo es aquella que nuestro cerebro utiliza para realizar las tareas del presente. Un ejemplo sencillo sería la memoria que utilizamos para llevar a cabo todos los pasos que realizamos para preparar el desayuno por las mañanas (pongo el café en la cafetera mientras hago las tostadas, etc.). Cuanto más liberada esté esta memoria de pensamientos intrusivos, mayor capacidad de concentración vamos a tener para realizar nuestras tareas diarias. Aumentar la capacidad de concentración, nos va a permitir, aumentar nuestro rendimiento en todas las áreas de nuestra vida, haciendo que trabajemos de una manera más eficaz.
  5. Aumenta nuestros niveles de creatividad.  Al liberar a nuestra memoria de trabajo, estamos abriendo la puerta a la creatividad. La creatividad no es solo importante en aquellas personas que se dedican al mundo del arte, por ejemplo, es muy importante en nuestro día a día. Esta capacidad nos permite aumentar nuestra imaginación lo que hace que nos volvamos más resolutivos en los problemas diarios. Podremos ver la realidad desde diferentes ángulos, haciendo que tengamos más herramientas para abordar las posibles dificultades que nos pueden surgir en nuestro entorno (trabajo, familia, pareja, etc.)
  6. Nos ayuda a mejorar nuestras relaciones. Entendernos a nosotros mismos es el primer paso para tener relaciones de calidad con nuestro entorno. Si hemos adquirido la capacidad de entender cuáles son nuestras emociones y hemos aprendido a manejarlas, nos va a resultar más fácil transmitirlas y a no vernos arrastrados por ellas en nuestras relaciones personales.

Como hemos visto, son muchos los beneficios de Mindfulness. Por ello, en Clínica La Serna te invitamos a que seas un experto en esta técnica de la mano de nuestros profesionales.

Los límites en la educación

NO SÉ DECIRLE “NO”: LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES EN LA EDUCACIÓN.

 

Cómo educar (bien) a nuestros hijos, es la gran incógnita que se nos plantea cuando decidimos embarcarnos en la aventura de ser padres. Suele suceder que la pregunta “¿Lo estaré haciendo bien?” nos acompaña durante todo este proceso, desde el momento en que nacen hasta que se convierten en adultos. Y es que como se suele decir, los niños deberían venir con un libro de instrucciones.

Psicología. Actitud en la educación de un hijo

Son muchas las preocupaciones que nos llegan a Clínica-La Serna, con respecto a la actitud que tomar a la hora de educar a los hijos, o como se conoce en Psicología, con respecto al estilo educativo que debemos adoptar con ellos. La respuesta a estas preocupaciones es que, como todo en la vida, situarnos en los extremos puede ser perjudicial y más en este caso ya que, es una tercera persona la que está aprendiendo de nuestra mano a desenvolverse en el mundo, con la gran responsabilidad que ello supone. Hay que ser consciente que como padres, todo lo que hagamos con nuestros hijos, va a determinar su vida adulta.

Por ello, un padre que adopta un estilo educativo autoritario, puede parecer que sabe poner límites pero también puede producir que el niño perciba el mundo como un lugar intimidante, en el cual, solo puede conseguir sus objetivos si muestra una conducta sumisa.

Por el contrario, si somos muy permisivos, el niño se puede convertir en un pequeño “tirano” con un autocontrol de la conducta muy bajo, aprendiendo que todo aquello que quiera conseguir, lo puede hacer a través de rabietas y exigencias. La clave de una buena educación es aquella que no se sitúa en un polo u otro, sino en aquella en la que ponemos límites con cariño y firmeza, es decir con un estilo educativo de tipo democrático.

El primer paso para realizar esta labor comienza por saber cómo aplicar los límites en la educación de nuestros hijos. Gracias a la aplicación de los límites, estamos mostrando al niño los principios básicos de convivencia social y por otro lado le estamos enseñando a protegerse de situaciones que podrían ponerle en peligro.

Recomendaciones como profesionales psicólogos

Nuestras recomendaciones desde Psicólogos-Fuenlabrada se pueden resumir en las siguientes:

  • Ser concretos con la conducta que queremos modificar. Este punto es clave para comenzar con el cambio de conducta. Si queremos modificar ciertas conductas del niño tendremos que ir haciéndolo de una en una. Decirle que es un desastre porque no recoge la habitación, genera una etiqueta que generaliza la conducta del niño y que puede dañar su autoestima. Es mejor acotar aquello que queremos cambiar para que el niño sepa en concreto que es lo que no está haciendo bien, con frases cortas y concretas.
  • Al igual que sucede con los adultos, imponer una norma, genera un bloqueo y una resistencia que da como resultado no hacer aquello que se nos ha impuesto. La mejor opción en este caso es darle al niño la libertad de elegir dentro de varias opciones que le podemos proponer. Esto no significa que el niño tome las riendas de su educación, sino que dentro de lo creemos que va a ser bueno para él, le vamos a dar nosotros las diferentes opciones para que pueda elegir, haciendo por un lado que nosotros le marquemos el camino a seguir y por otro que nuestro hijo perciba que tenemos en cuenta su opinión a la hora de tomar decisiones.
  • Ser firmes con lo que le queremos decir sin ser agresivos. Es fundamental decirle lo que queremos que haga con un tono de voz seguro, con seriedad y sin gritar. De esta forma, el niño entenderá que lo que le queremos decir es importante pero sin llegar a intimidarle.
  • Explicar el porqué de la conducta. Explicar por qué deben hacer algo o no hacerlo, hace que los límites cobren sentido. Darles una explicación breve de por qué no deben realizar una conducta, hace que interioricen esta norma como algo lógico y propio, lo que facilita que hagan caso a aquello que les estamos recomendando.
  • Reforzar la conducta bien hecha y/o modificada. Toda conducta que se premia (refuerza), se repite. En el caso de los niños es muy importante hacer hincapié en aquello que están haciendo bien ya que la atención es el reforzador o premio más potente para estos casos. Cuando el niño se esfuerza en cambiar y recibe una frase del tipo “Lo has hecho muy bien” o “Estoy orgulloso/a de ti”, no dudará en repetir esa conducta ya que, está recibiendo como premio, el cariño y la atención de las personas más importantes de su vida: sus padres.
  • Ser disciplinados a la hora de cumplir las normas. De nada sirve poner límites si unas veces se cumplen y otras no. Hay que cumplir siempre con el límite establecido y sobre todo y muy importante, que ambos padres estén de acuerdo y lo lleven a cabo de manera conjunta. Cumplir las normas de manera aleatoria o de manera unilateral (uno de los progenitores si las lleva a cabo y el otro no) hace que el niño no tome en serio la aplicación de los límites.
  • No poner etiquetas generales a la conducta del niño. “Eres malo”o“Que torpe eres” son afirmaciones que no solucionan el problema de los límites y perjudican seriamente  la autoestima del niño. El mensaje que le estamos mandando es que no son válidos, que no les queremos, etc.,  haciendo que el niño se sienta culpable o que siga comportándose igual porque se termina identificando con estas etiquetas. Esto da lugar a que piensen que da igual lo que hagan o como se comporten porque ellos son esa etiqueta que les hemos puesto y por eso, lo hacen.
  • Decir claramente “No”. Cuando una conducta concreta no va a beneficiar a nuestro hijo, es necesario decir “No”. En Clínica- La Serna, nos encontramos este gran problema. Hay padres que se sienten culpables por decir “No” a sus hijos bajo la creencia de que están siendo malos con ellos. Como hemos comentado al principio del post, estamos educando a futuros adultos y debemos enseñarles desde pequeños a aceptar una respuesta negativa ya que muchas veces en su vida adulta, se van a encontrar con esta situación. Aceptar el “No” desde pequeños, le va a enseñar a nuestro hijo a cultivar la paciencia, a respetar las normas de convivencia y esto va a asentar las bases del autocontrol de la conducta.

Siguiendo estas recomendaciones, estamos asegurando que nuestros hijos crezcan como personas seguras, independientes y autónomas. Es un proceso que implica mucha constancia pero si tenemos paciencia y no desistimos, disfrutaremos mucho durante el proceso y con el resultado final que es verlos crecer de una forma sana y feliz.

Si tienes alguna duda sobre cómo hacerlo no dudes en contactar con el equipo de Clínica-La Serna, estaremos encantados de poder asesorarte.

Duelo: Cuando perdemos lo que más queremos

La pérdida de un ser querido no es fácil. Somos conscientes de que ese momento tan duro tiene que llegar, pero realmente hasta que no se acerca, no somos totalmente conscientes de lo que este hecho supone.

Al proceso psicológico que se sucede después de una pérdida, se le denomina duelo.

 

Duelo y sus ámbitos clínicos

El duelo se puede dar en muchos ámbitos, como puede ser el fallecimiento de un ser querido, la pérdida de un trabajo, una ruptura sentimental, y depende de nuestra implicación en estas áreas, y cómo haya sido de traumática esta pérdida tendremos unas emociones más o menos intensas y un proceso de duelo distinto. En Psicólogos- Fuenlabrada sabemos que también resulta importante ver en qué estado psicológico nos encontramos. Si estamos pasando por un mal momento cuando se produce la pérdida, puede ser que se complique el proceso de duelo que, de otra forma, se daría de manera natural.

Fases en el proceso psicológico del duelo

El duelo está formado por varias fases y como ya hemos comentado, así se sucederán las mismas. Las fases del duelo son las siguientes:

  1. Negación: El impacto que produce la noticia de la pérdida de un ser querido hace que nuestro cuerpo reaccione. Su principal mecanismo de defensa es negar el fallecimiento para evitar el dolor por la pérdida.
  2. Confusión: En esta etapa nos podemos encontrar con un montón de emociones negativas mezcladas y confusas. Esto puede dar lugar a ver la realidad de una forma distorsionada como consecuencia de las distorsiones de pensamiento que las propias emociones generan.
  3. Irá y rabia: Estas dos emociones suponen otro mecanismo de defensa. De alguna manera necesitamos “culpabilizar” a algo o a alguien por la pérdida del ser querido, para encontrar una causa a este hecho. En el fondo, lo que muestran estas emociones es un gran sentimiento de tristeza.
  4. Dolor y culpa: En este paso nos encontramos con el dolor y a veces con la culpabilidad de no haber podido hacer nada más o no haber pasado más tiempo con la persona querida.
  5. Tristeza: este punto quizás es el más importante de todos. Las emociones son sanas para nuestra mente y nuestro cuerpo, ya sean positivas o negativas. Resulta perjudicial no dejarlas fluir e intentar bloquearlas. En este caso es muy importante dejar que se suceda la tristeza, es normal tener este sentimiento en este momento y la reacción normal para nuestro organismo es sentir esta emoción. Todas las emociones que bloqueamos de alguna manera se quedan “enquistadas” y puede traer consecuencias a largo plazo. Por otro lado hay que vigilar que esta tristeza no tenga una duración o unos síntomas graves ya que podría derivar en lo que se denomina un duelo patológico. El duelo patológico, es un tipo de duelo que normalmente se manifiesta en forma de depresión y por ello, resulta muy importante contactar con un profesional para que nos ayude y nos acompañe en este proceso.
  6. Aceptación: En este momento, el dolor adopta otra forma, donde aceptamos que esa persona no está. Reconocemos su ausencia, pero estamos listos para continuar con nuestra vida y tenemos una visión más realista e integrada de la realidad.
  7. Restablecimiento: este es el momento en el cual la pérdida está superada. Nos sentimos capaces de tomar decisiones para adaptar nuestra vida a esta nueva situación. Recordaremos a la persona que hemos perdido pero desde la aceptación de que este es el proceso natural de la vida.

 

Si sentimos u observamos en alguien cercano que el dolor dura más de un año, que existen síntomas depresivos, de ansiedad, síntomas físicos que no se presentaban antes de la pérdida o conductas que evitan el dolor como por ejemplo el consumo de drogas o alcohol, desde Clínica la Serna te recomendamos que contactes con nosotros para poder ayudarte y acompañarte en este proceso.

Hipocondría, uno de los trastornos más angustiosos

A nadie le gusta estar enfermo y todos tenemos miedo a padecer algún tipo de dolencia, especialmente cuando comenzamos a experimentar síntomas desconocidos para nosotros hasta ese momento. Sin embargo, hay personas para las que este temor se convierte en una auténtica pesadilla. Es la hipocondría, uno de los trastornos más comunes que existen hoy en día, tal y como hemos podido comprobar en nuestro centro de psicólogos en Fuenlabrada – Madrid, donde cada día atendemos a más pacientes aquejados de este problema. Hoy nos gustaría contarte algunos aspectos sobre el mismo.

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